Cada línea se preocupa por su espacio. El delineado de la letra se imperfecta cada vez. Manchas en la punta de los dedos, y líneas aleatorias cruzan cerca de la uña. El ruega que ya no lo lastimes, prefiere el número y el dibujo a la palabra. Sus antepasados luchaban para rallar, con cada simple pausa se dan respiros. Su vida no es larga, disfruta de ser un mortal, que impresionante la habilidad que tiene, cómo es posible que saca algo atómico, cual es la manera en que rebasa toda dimensión. Se ha vuelto el mejor amigo de la mano, comparten sus nombres y empleos. Sueña con ser ese delineado que todos quieren, lastima que lo venden como alguien simple y barato. Su inseguridad mas grande es ser desechado, “pues querido amigo ha llegado tu día, gracias por entitarme siempre”, le dijo la mano al bolígrafo.
por haber homrigueado el poema