Y tú comes pizza. Te devoras el queso La salsa tomatoza y se va a tu esófago. Y todo comen pizza Todos se la embuten En noches de borrachera En noches de no querer hacer merienda. Tu madre come pizza Tu abuela come pizza El perro come pizza La vaca como pizza Y tú comes pizza. Si se presenta una lista que diga quién no come pizza Solo firmarían quienes intentan distinguir, pero por dentro se mueren: Ansían con comerse esa pizza Toda quesosa tomatoza tal vez con ingredientes de extra, tal vez con un borde delgado o suave o flácido o quemado o crudo Pero sabes que quieren pizza Así como tú quieres pizza. No hay un solo día En el que camines y no veas la pizza en la mano, En la boca, en las encías o en los dedos de alguien. Se podrá decir que la pizza es la salvación mundial, Nos salvará de las bombas De los totalitaristas. De los fascistas. De los sovietizas. De los pulcros. De los ladrones. De los vándalos. Y qué tal si los juntamos todos, Se sientan en una mesa de condena Y les servimos pizza. Esa que tú te comes Esa que la vaca se come Esa que todo el mundo come. Podrá volverse ese estirón de manos Entre razas Entre parejas divorciadas Entre gobiernos de odio Entre gente muerta Que se ponen en buenas, se ríen y luego cada quien se sambute su rebanada De la quesosa De la tomatoza De la deliciosa Pizza o pizza. Mañana tú haz tu día. Normal sin ocurrencias aún que verás pizzas. Y te acercas a la tienda la más cercana del bloque Agarras la caja grande que incomoda, pero te hace babear hasta que la abras. La llevas al palacio presidencial mexicano, Se las pones en frente Y jactas - Atención que le doy pizza al que renuncie. De esa que yo como De esa que la vaca come De esa que todo el mundo come. -
por haber homrigueado el poema